En el blog de esta semana, aprovechando que el invierno está ya está a la vuelta de la esquina, hablaremos de Avalanchas. Quizás no sean situaciones a las que muchos estemos expuestos, pero hay cosas que siempre debemos tener presente al momento de aventurarse a la montaña. El tema nace a raíz de una historia de uno de nuestros socios activos, Max Schilling, quien nos cuenta de una experiencia que tuvo subiendo Lindero Magallanes en la carretera austral.
“El cerro tiene un pequeño valle, y había nevado hace un tiempo atrás pero en general eran buenas condiciones. Pasa poca gente en general, y para llegar a la cima uno tiene que dar una vuelta por el hombro que mira hacia el norte, y llegando al filo de más arriba hay que dar una vuelta más para seguir ascendiendo, como en forma de “U”. Tras llegar a la cima y haber disfrutado arriba, al ir bajando llegamos al vértice de esa “U”, cuando uno de mis amigos, no percibiendo los riesgos, trata de tomar otra línea y se gatilla una avalancha a 4-5 metros. Se quebró la cornisa y cae arrastrando una pequeña avalancha que si bien era pequeña, tuvimos suerte de que no bajamos por ahí y no había nadie más en el sendero. Terminamos bajando sin incidentes por la ruta habitual, pero quedamos asustados y con una sensación de que pudo haber sido otra historia la que contaríamos”.
Si bien esta es una situación a la que pocos nos enfrentaremos durante la vida, son eventos que podrían ocurrir en zonas a las que mucha gente acude durante el invierno, como centros de esquí, rutas y líneas de ski fuera de pista, trekking invernales y rutas en el “Backcountry” a los que esquiadores y montañistas Cada vez acuden con mayor frecuencia, por la relativa facilidad de acceso hoy en día.
Existen varios factores que son fáciles de identificar al planear nuestra siguiente ruta, sobre todo teniendo en mente que las avalanchas pueden ocurrir en todas las direcciones. El primero y más importante es la caída reciente de una nevada. Cerca del 80% de las avalanchas se generan por nieve nueva que no se logra asentar sobre las capas profundas más sólidas y compactas. Revisar las condiciones climáticas y la ruta prevista es una de las primeras cosas que debemos evaluar. Además, la cantidad de nieve que cae es otro factor peligroso, ya que no es lo mismo que caigan 90 cms de nieve en 1 día que la misma cantidad durante la semana, siendo el primer caso mucho más peligroso. Otros factores como la temperatura, el viento, profundidad del manto y la identificación de zonas débiles son más complejos de analizar, dado que no siempre se comportan de la misma forma. Además, tener en cuenta que las pendientes entre 30° y 45° son donde ocurren la mayoría de las avalanchas.
En el caso de presenciar una avalancha con posibles personas afectadas, recuerda que siempre lo primero es evitar más víctimas por lo que iniciar una adecuada llamada de ayuda y rescate es vital, junto a asegurarnos de estar en una zona segura de otros posibles derrumbes. Dado que un 75% de las víctimas de avalanchas fallecen por asfixia, antes que por trauma o hipotermia, la “International Comission for Alpine Rescue” o ICAR ha desarrollado algoritmos de manejo para víctimas de avalancha, tanto para personas como para profesionales de la salud, con el objetivo de identificar y otorgar el manejo inicial en caso de encontrarnos con víctimas de avalanchas en nuestras rutas. Esta es una de las herramientas que instituciones como la ICAR ofrecen a los montañistas, siendo otros ejemplos novedosos las técnicas de auto-rescate y el uso de la tecnología para la geolocalización y rescate, entre muchas otras.
International Comission for Alpine Rescue.
Con todo esto en mente, si estás planeando una ruta invernal esta temporada te invitamos a preparar y planear de forma segura y completa junto a tu cordada, con el objetivo de reducir riesgos y aprovechar del deporte y la montaña. Te dejamos links de recursos al final del blog.
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Referencias:
– Auerbach, P., & Cushing, T. (2016). Auerbach’s Wilderness Medicine 7th Edition (Vol. 1). Elsevier.
Links:
https://icar-med.com/Recommendations/
https://www.resuscitationjournal.com/article/S0300-9572(23)00021-7/fulltext